Compulsa

Martes 5 AM, tremenda compulsa, última bola, tooooda la guita al frente, va por
todo, como siempre, no escucha nada, no ve nada, sólo un número, el 8, toooodo al 8.

NO VA MAAAAS......el tiempo se detiene, sólo él y la rula....y de pronto, una voz:
"Negro el 2!!!"

Palmera total, 1 peso para volver, colectivo, gente extraña, 2 horas para dormir antes de ir al trabajo...

...oscuridad
...oscuridad.


Y para terminar: ¿saben cual es el resultado de sumar entre sí todos los números de la ruleta? Sí, ese, el único resultado posible, el 666.

La carta

Entre papeles borrador encontré, de propio puño y letra, las siguientes palabras:

El otro día tenía que explicarle a alguien quién eras, de dónde te conocía. Debo reconocer que se me complicó un poco. Tal vez sea por lo poco que

Una carta inconclusa, claro. El problema es que no tengo ni idea de a quién estaba, en teoría al menos, dirigida.

Me carcome la duda. Me odio.

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Gracias a Mint por la ayuda brindada. (en algún momento te devolveremos el favor)

Tipa jodida

Si, en plan aproximativo, formulo a alguien la trascendental pregunta, la de los mil puntos: '¿Y qué música escuchás?'; y me contesta 'de todo', sin ánimos de ampliar...

Bueno, esa relación es insalvable.

El sueño II

Iba a la facultad a recuperar dos parcialitos de laboratorio: tenía los parciales aprobados y lo mismo los trabajos de laboratorio pero esta materia es así.

El lugar estaba cambiado, pero no me extrañé sino hasta que se acercó a rendir conmigo una amiga de la infancia que no veo hace mucho tiempo.

El profesor de siempre tampoco estaba, en su lugar había tres mujeres que me dieron dos hojas de examen. Después llegó Eduardo Galeano (sí, el escritor) y se puso a resolver sus parcialitos también.

El problema principal era que la primer pregunta que tenía que resolver era más bien un ensayo sobre 'Por qué los jóvenes de hoy no se involucran en política', y yo, como buena alumna de la materia, sólo había estudiado volumetrías ácido-base y complejometría, los temas que tenía que recuperar.

Por suerte olvidé el examen y me puse a hablar con Eduardo, y terminamos pintando juntos una sábana que colgamos en el laboratorio a modo de pasacalle.

Después me desperté.

El sueño I

Yo estaba en una especie de academia para superhéroes: cada quien tenía su colorido traje y habilidad. En mi caso, una pollerita tableada celeste y una remera en celeste y blanco (muy argento, lo mío), aunque desconozco de qué poderes hacía gala.

A poco de registrarnos con los coordinadores íbamos a hacer gimnasia, corríamos... Más tarde tocó la hora de comer, y nos servíamos en unas bandejitas plateadas de fuentes rebosantes de comida.

Lo último que recuerdo es, bandeja en mano, buscar con la vista un lugar para sentarme entre los innumerables antifaces y trajes estrambóticos. Casi todos, a esa altura, habían alternado con alguien y conversaban. Yo, como siempre, estaba sola.

Después me desperté.

La juventud está perdida, digo, y me agarro la cabeza con las manos...

Casi como Palabras Mayores de Clarín, pero a la larga sin gracia.

Era el 117, y ellos tendrían, no sé, 16, 17 años.

Chico 1 - ...y no sabés, escabié mal, ¿viste?

Chico 2 - ¿Mucho? ¿Muy mal?

Chico 1 - Fijate que hacía mucho frío y no sé por qué a mí me pintó el calor. Tenía mucho calor, andaba en remera, y seguí tomando. Pero el calor no se me iba. Así que me fui para el baño y abrí la ducha y me mojé todo con agua helada.

Chico 2 - Noooo... loco de mierda, ¿te querés matar?

Chico 1 - Pero lo peor fue que no estaba en mi casa, y me tuve que volver caminando y ahí sí que medio espabilé, ¿viste? y me empecé a cagar de frío, pero mal.

Chico 2 - Nooo

Chico 1 - Sí, no sabés, me moría de frío, creí que estaba en el Polo Norte...

Chico 2 - Qué mal...

Chico 1 - Bah, ¡qué boludo! en el Polo Sur quise decir, ¡si en el Polo Norte hace calor!

Él y yo

Le dije a L., ese día en el Club de Copas: 'Podría enamorarme de cualquiera que esta noche, hablando, utilice la palabra soez.'

Horas después se me acerca un chico. Primero me pide un poco de cerveza. Le doy. Después me dice 'No intento hacerte perder el tiempo, lo que yo quiero es una noche de sexo.'

Me salió reírme, y nos quedamos charlando y no volvimos a hablar de sus primigenios objetivos para conmigo. Pero en un momento catastrófico, determinante, quiso disculparse por su primer arrebato...

- Perdón por la expresión soez del principio, yo no soy así, creo que tomé un poco de más... -

Más de tres años de eso y seguimos juntos.

Ya lo dije antes: cuidado con tus deseos, que se pueden cumplir...

Otra cosa. Si bien A. tiene un léxico muy rico, no recuerdo que hubiera utilizado (conmigo, al menos) nunca más esa palabra.