Ésas

Todo venía bien porque la noche era hermosa y Buenos Aires en esa zona tan menemista refulge hasta lastimar los ojos.

El encuentro fortuito con el chico hizo que se pusiera a pensar y a recordar un montón de cosas, en cascada.

Él le preguntó: ¿Estás con alguien? 'No, ahora no', se vio obligada a responder. Siguió un silencio que decía muchas cosas o que no decía absolutamente nada.

Vino la película y se separaron, porque cada uno estaba con amigos. De cualquier modo ella quería despegárselo, siempre lo creyó un pelotudo. Un pelotudo muy cogible, pero un pelotudo al fin.

Pasó la función y enfilaba con las chicas para la zona de San Telmo. De repente siente que alguien se le cuelga de atrás y le dice, sonriendo '¿Por qué no vienen a comer con nosotros?' 'Ehhh, no, la de choripanes de parado no nos va. Queremos cenar tranquilas'.

Él puso carita de decepción y dijo 'Bueno, pero hablamos ¿dale? y nos juntamos todos un día'.

Y acá es donde ella tendría que haber respondido 'Mirá, la verdad es que no me interesa. ¿Nos debemos un polvo, no? Entonces vamos a coger y ya. No quiero que me hables, ni me preguntes cómo estoy, ni que me versees. En realidad preferiría escucharte hablar lo mínimo indispensable. ¿Podés ahora? Vamos. ¿No podés? Llamame y arreglamos para otro día.'

Pero no. Le dijo 'Dale, quedamos así. Chau.'

Porque, claro, desgraciadamente ella no es de ésas.