Síntomas

Pero... pero... ¿me querés decir qué te vi a vos yo?

.

.

No puedo evitarlo, si tengo acceso a algún televisor con cable un viernes a la noche -y de un modo absolutamente inconsciente- siempre veo Matrimonios y algo más, por Volver.

.

No encuentro, tampoco, modo de escaparle a la nostalgia provocada fundamentalmente por El Groncho y La Dama. Tal vez porque para esa época mi viejo era un poco el Groncho, y mi vieja, sin tener ideas conservadoras (como el personaje femenino), instruída y culta, se asemejaba a La Dama.

.

.

Si cada vez que me acuerdo... mirá, cierro así los ojos

y me vengo a acordar... ¡Betty la almacenera! ¡Páh!

¡Qué cacho de mina por Dios! Si le decían 'Director de

Orquesta' porque se conocía todas las piezas...

.

.

La primavera democrática y mi familia lejos de ser ABC1 pero más o menos felices. El departamento con la alfombra azul oscuro, la camioneta de mi papá, los diez pisos por escalera en los cortes de luz programada durante la emergencia energética (que duró meses), mamá que militaba en un Ateneo radical.

.

Miro ese programa y no entiendo todos los chistes políticos que deslizan los protagonistas, porque ya no me acuerdo. Pero pienso que en ese momento la política estaba en la mesa todo el tiempo, en casi todas las familias... en qué distinto es ahora. (Tiempo Nuevo, con Neustadt, era un clásico. Pero también estaba Tato Bores. ¿Dónde fue a parar el humor político? O más aún ¿dónde fue a parar el público de ese tipo de shows?).

.

.

Groncho asqueroso repugnante, me ponés del tomate,

no entendés que el amoroso de Luis es gente como uno.

.

.

No intento llegar a una conclusión terminante y definitiva porque esto no tiene rigor sociológico y porque si lo tuviera me escribo un trabajo científico y no un post en un blog. Pero pongamos que quiero cerrar con una idea... Bueno, tengo esta: si Ud, lector casual, entiende y recuerda todo esto que digo, sepa que está viejo, igual que yo.

.

.