Espiral

Si mi vida fuera circular, la experiencia de hoy me serviría para cambiar algo en el futuro, cuando vuelva a pasar por este lugar. Sería una vida aburrida, un eterno viaje en calesita con alguna sortija aislada, es cierto, pero al menos podría evitarme algunos dolores y las cosas irían saliendo bien, supongo, a fuerza de repetir una y otra vez el mismo camino -como en las carreras de autos.

Me da la sensación, sin embargo, que voy recorriendo una espiral. A veces subiendo y otras bajando, me muevo de nivel. El problema es que cada escalón es ligeramente distinto al anterior, sólo ligeramente. Cambian algunos nombres, algunos destinos, pero el espíritu sigue siendo el mismo.

Estoy condenada, entonces, a repetir idénticos errores porque el escenario es siempre nuevo.

Levemente diferente. No me puedo anticipar, no puedo aprender, la experiencia es inútil, no pasa de ser un recuerdo. Soy el corderito camino a degüello al que le pintan el pasillo del matadero de un tono distinto cada vez.

Ah, pero eso sí: no saben qué lindos colores.