Lenguajes
Walter había empezado el vigésimo cuarto monólogo de la -extraña- noche, y, entre obviedades y no tanto, nos espetó a Gus y a mí:
-... porque todo bien, pero la mina me hablaba y yo quería interrumpirla con un 'bueno, listo, ahora callate y decímelo con las tetas'
Etiquetas: amigos, diálogos, relaciones
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