Quererse
-Estaba bastante desesperada, pero pensé mucho en eso que dijiste el otro día -me susurra la deliciosa Jimena- y, la verdad, tenías razón.
-Qué bueno que te haya servido, porque por lo regular no soy muy buena dando consejos -le contesto.
Se ríe. Mentira -me dice- sos buena. Y gracias por escucharme hoy, por invitarme de tu café con leche instantáneo, por apretarme el hombro cuando creí que iba a llorar.
Y además fue uno de esos -escasos- días en los que me siento linda, y entonces me brilla el pelo y no hay con qué darle a mi buen humor.
Por supuesto que es una sensación absolutamente arbitraria y por eso ni se me ocurriría someterla a plebiscito porque no ando con ganas de que me digan la verdad.
Pero digo, un buen día.
Hacía mucho que no.
-Qué bueno que te haya servido, porque por lo regular no soy muy buena dando consejos -le contesto.
Se ríe. Mentira -me dice- sos buena. Y gracias por escucharme hoy, por invitarme de tu café con leche instantáneo, por apretarme el hombro cuando creí que iba a llorar.
Y además fue uno de esos -escasos- días en los que me siento linda, y entonces me brilla el pelo y no hay con qué darle a mi buen humor.
Por supuesto que es una sensación absolutamente arbitraria y por eso ni se me ocurriría someterla a plebiscito porque no ando con ganas de que me digan la verdad.
Pero digo, un buen día.
Hacía mucho que no.
Etiquetas: cosas que pasan
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