El Tío Chiche
UNO
El Tío Chiche es alguien, dentro de la familia de Madre, aunque no puedo precisar el parentezco. Yo lo he visto pocas veces en mi vida, pero siempre me pareció muy simpático. Primero por ese apodo con nombre y apellido. Después porque es del tipo bromista: cara de Sandro, canoso, barrigón, dientes grandes, riéndose todo el tiempo.
El otro día me vengo a enterar que el Tío Chiche le dijo a Marita, su mujer de toda la vida, abnegada madre de dos hijas que ya le han sabido dar nietos, sin preámbulos
- Marita, me voy, me mudo con mi amante. Vamos a ver qué pasa, si no resulta vuelvo.
DOS
Le cuento a Padre lo del Tío Chiche... hace memoria hasta que se acuerda de quién hablo '¿El canoso ése que siempre jodía conmigo?' Pero permítanme que primero les complete una escueta figura de Padre: es el argentino tipo, parecido en más de una característica a Maradona, petiso, siempre haciendo bromas, machista, muy querido por todos.
El caso es que le cuento, y la conversación empieza a ponerse un tanto bizarra:
Padre - No digo que esté bien, pero estoy convencido que el hombre feliz es aquel que tiene su familia y su amante. Pero este Chiche es un gil ¿cómo se va a ir con la amante?
Yo - Entonces la mujer feliz tiene su familia y su amante también, ¿no?
Padre - No, no, la mujer tiene su marido y su casa.
Yo - Es decir que la mujer no trabaja...
Padre - No, la mujer tiene que cuidar el nido.
Yo - Y la mujer no tiene necesidades, es casi una esclava.
Padre - ¿Sabés cuál es el tema? El hombre quiere tener relaciones todo el tiempo, y con cualquiera, no se anda fijando si lo quieren, en cambio la mujer lo hace por amor.
Yo - ¿Por amor? ¿La mujer no tiene necesidades?
Padre - La mujer lo hace por amor.
Yo - ¡Por favor, papá! ¡Cómo te han sabido mentir!
Padre - Te digo que es así.
Yo - No, no es así, te lo juro.
Padre - Te digo que sí, la mujer no es como el hombre. Y si no es así es una prostituta.
Yo - Padre, evidentemente te has creído todo lo que te han dicho.
Me mira. Me mira feo, feo. Y remata:
-Bueno, entonces empezá a cobrar, a ver si por lo menos ganamos algo.
El Tío Chiche es alguien, dentro de la familia de Madre, aunque no puedo precisar el parentezco. Yo lo he visto pocas veces en mi vida, pero siempre me pareció muy simpático. Primero por ese apodo con nombre y apellido. Después porque es del tipo bromista: cara de Sandro, canoso, barrigón, dientes grandes, riéndose todo el tiempo.
El otro día me vengo a enterar que el Tío Chiche le dijo a Marita, su mujer de toda la vida, abnegada madre de dos hijas que ya le han sabido dar nietos, sin preámbulos
- Marita, me voy, me mudo con mi amante. Vamos a ver qué pasa, si no resulta vuelvo.
DOS
Le cuento a Padre lo del Tío Chiche... hace memoria hasta que se acuerda de quién hablo '¿El canoso ése que siempre jodía conmigo?' Pero permítanme que primero les complete una escueta figura de Padre: es el argentino tipo, parecido en más de una característica a Maradona, petiso, siempre haciendo bromas, machista, muy querido por todos.
El caso es que le cuento, y la conversación empieza a ponerse un tanto bizarra:
Padre - No digo que esté bien, pero estoy convencido que el hombre feliz es aquel que tiene su familia y su amante. Pero este Chiche es un gil ¿cómo se va a ir con la amante?
Yo - Entonces la mujer feliz tiene su familia y su amante también, ¿no?
Padre - No, no, la mujer tiene su marido y su casa.
Yo - Es decir que la mujer no trabaja...
Padre - No, la mujer tiene que cuidar el nido.
Yo - Y la mujer no tiene necesidades, es casi una esclava.
Padre - ¿Sabés cuál es el tema? El hombre quiere tener relaciones todo el tiempo, y con cualquiera, no se anda fijando si lo quieren, en cambio la mujer lo hace por amor.
Yo - ¿Por amor? ¿La mujer no tiene necesidades?
Padre - La mujer lo hace por amor.
Yo - ¡Por favor, papá! ¡Cómo te han sabido mentir!
Padre - Te digo que es así.
Yo - No, no es así, te lo juro.
Padre - Te digo que sí, la mujer no es como el hombre. Y si no es así es una prostituta.
Yo - Padre, evidentemente te has creído todo lo que te han dicho.
Me mira. Me mira feo, feo. Y remata:
-Bueno, entonces empezá a cobrar, a ver si por lo menos ganamos algo.
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