Puede Fallar

viernes, agosto 12, 2005

El universo femenino

La primera vez que me animé a hablar de masturbación entre mis amigas, hubo para empezar miradas de sorpresa y luego de cuestionamiento, hasta que A. rompió el silencio y me preguntó si las cosas con el que era mi chico en ese momento iban bien. El mensaje de la piba era unívoco: te masturbás porque no te atienden como deberían.

Intenté explicarles que no, que desde donde yo lo veía las cosas no son excluyentes. De cualquier modo no pude avanzar mucho con la exposición porque las demás se pusieron nerviosas y, antes de mencionar que preferían cambiar de tema, dejaron en claro que nunca se habían masturbado. Me fui de ahí sintiéndome culpable de no sé qué.

Pero que se entienda: estas pibas no eran -ni son- ningunas santas, en absoluto.

Desde ese día empecé a indagar sobre la cuestión con cuanta muchacha me crucé y además de ganarme enemigas (chicas que directamente tomaban mi pregunta como una ofensa) concluí que gran parte de las mujeres no lo hace porque les da vergüenza. Estadísticamente, además, más de la mitad nunca se ha tocado, aunque resulte increíble.

Las que directamente censuran me dan un poco de pena. A las que no se animan les diría que lo prueben, que nadie como uno para generarse placer.

Lo cierto es que, aún, ni todo el avance científico, ni el celular que te pasea el perro han logrado demoler los viejos y autosostenidos prejuicios femeninos.

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