El poder de la música
Hoy, por ejemplo -y esto me pasa seguido-. Iba caminando sin prisa, escuchando canciones pop... Y no me sentía para nada triste. Es más: en ese tipo de instantes creo que soy una persona afortunada y que tengo a mi alcance las herramientas para lograrlo todo. Que no tengo motivos para quejarme: no soy estúpida, no soy fea, no soy gorda, no soy hippie, no soy frígida, no soy de derecha...
Que sí, que desde ahora las cosas pueden empezar a cambiar. Que el mundo me va a conocer...
Claro que, como todo disco, en algún momento terminó y volví a ser la loser de siempre.
Que sí, que desde ahora las cosas pueden empezar a cambiar. Que el mundo me va a conocer...
Claro que, como todo disco, en algún momento terminó y volví a ser la loser de siempre.
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