Turquesa
Todo podría haber sido horrible, empezando por el frío de las 7 de la madrugada esperando colectivos que pasaban de largo de tan llenos que iban, siguiendo por el maravilloso cambio de coche -rotura del vehículo a la altura de Liniers-, terminando en la facultad a las 8:45 para rendir un parcial de una de las tantas químicas.
Pero. Siempre hay un pero.
Fueron 5 minutos, no más. Amanecía, y el cielo se puso de un turquesa chillón tan increíble que daban ganas de caerse para arriba en ese techo azulino y no volver a pisar el suelo.
5 minutos en los que jurás que sos feliz.
Pero. Siempre hay un pero.
Fueron 5 minutos, no más. Amanecía, y el cielo se puso de un turquesa chillón tan increíble que daban ganas de caerse para arriba en ese techo azulino y no volver a pisar el suelo.
5 minutos en los que jurás que sos feliz.
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