Puede Fallar

jueves, octubre 14, 2004

Crónica -pequeña- I

Camino despacio. Una tarde hermosa: gris, amenaza que llueve, un poco de viento.

No tengo apuro. Nadie me espera, ni sabe dónde estoy.

Miro lo mismo de siempre, que no deja de cambiar.

Algunos me miran extrañados: el andar lento, la sonrisa... resulto sospechosa.

Siempre he sido muy meticulosa: cada zona tiene su bar predilecto, y ahora me toca el que está ahí, a pasitos de Florida.

La mesa de siempre, al lado de la ventana. Voy a disfrutarlo.

Hacía tiempo que Buenos Aires y yo no pasábamos la tarde juntas.

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