Agenda: Nova este sábado en Acatraz

Mis compañeritos de facultad son el prototipo de la gente sana. Pero eso no quita que sean bien raritos: estudian química y tienen una banda de rock sinfónico -¡rock sinfónico!- que toca este sábado 23 a las 2:00 (en realidad ya sería el 24) en Acatraz -Rivadavia 3636. La entrada cuesta 7 pesitos, con una consumición de $ 5, así que por el recital estaríamos pagando sólo dos monedas: esto es, señores, una ganga.

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Y como soy valiente y buena chica, yo también voy, no crean eso de que recomiendo cosas que ni yo escucharía, no.

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Además... ¡hacen rock sinfónico versión 00's! no me van a negar que se la bancan...

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(Antes y después, según creo, tocan más bandas. Pero como no tengo datos no puedo precisar más).

Conozca Ud. a mis amigos III

Yo - ¿Y cómo va la convivencia con tu chico?

Ella - Bien, bien. En rigor no fue mucho cambio... antes se quedaba unos tres días a la semana, así que estábamos más o menos acostumbrados a la convivencia.

Yo - Qué bueno, che.

Ella - El único... temita que hubo que charlar... fue el del sexo, digamos.

Yo - ¿En qué sentido?

Ella - Claro. Ponele que él se quedaba el fin de semana, ¿no? Entonces, dos días, dos veces.

Yo - Ajá.

Ella - La cosa es que se vino a vivir conmigo y calculó la regla de tres 'si dos días, dos veces, entonces siete días...'. Y no.

Yo - Pobre, no sabe que es una función no lineal y que entonces...

Ella - ... y que entonces no es válida la regla de tres simple.

El alemán, los berberechos y el trabajo más extraño de tu vida

Soy el tipo de persona que siempre tiene trabajo pero nunca tiene dinero. O me pagan poco, o me desempeño ad-honorem o lo que sea.

Hace unas semanas, estaba esperando el ascensor en la facultad y veo un cartelito (entre los miles de papeles ofreciendo clases particulares, becas, salidas en kayak, fiestas con capoeira…) que decía ‘se precisa estudiante para hacer trabajo temporal pesando unas muestras’. Y una dirección de correo electrónico.

Ni corta ni perezosa escribí. Me contestó un tal Marko Hermann con un castellano imposible. La buena noticia fue que el trabajo era ahí mismo, en la facultad.

Quedamos para encontrarnos unos días después, frente a los ascensores. Espero, espero, hasta que me encuentro con un rubio de ojos claros inmenso, como de dos metros, con una caja y muchos frascos en la mano.

‘Hola qué tal, yo soy Marko. Vení.’

Me cuenta que es alemán, que está haciendo su doctorado en Argentina en el Laboratorio de Moluscos. Le pregunto si alguien más se había presentado por el aviso, si tenía que hacer alguna suerte de selección. ‘No, no. Tú única presentarse. ¿Sabes? Argentinos quejarse de no hay trabajo, no hay trabajo… ¡pero nadie presentarse!’.

Y me explicó. Me dijo que tenía 20 frascos con 35 berberechos cada uno. Que yo tenía que medir al bichito cerrado con un calibre, abrirlo, pesarlo entero, aislar la carne de la cáscara y pesar ambas cosas por separado.

Que después me dedicaba a la parte blanda. Que tenía que separar branquias, músculos y sifón –las antenitas- y pesar lo que quedaba, la parte visceral del molusco. Que seguidamente tenía que cortar el pie –la lengua con la que se entierran en la arena- y poner en frascos distintos el aparato reproductor y el digestivo.

Eso para cada berberecho.

Arreglamos a un peso por animalito. Y, con práctica, cada uno me lleva unos 7 minutos.

Así que ahí estoy, berberecheando a lo pavote.

Al final es como dice Elfo sin nombre. A mí me pasan cosas.

Blanqueo y recomendación

Mi hermano es una de las personas más inteligentes que conozco, y yo debo ser una de las personas más inteligentes que él conoce. Esto no impide, sin embargo, que la mayoría del tiempo nos llevemos mal y que a veces nos pasemos días enteros sin hablarnos. Supongo que tiene que ver, fundamentalmente, con la convivencia obligada que sufrimos desde hace tanto tiempo.

A veces, a veces, en contadísimos momentos, estamos de buen humor y comunicativos y surgen esas charlas que son antológicas y que no tengo con –casi- nadie.

Nunca le había contado del blog. Porque no daba. Porque no quería. En ocasiones esto se hacía difícil, porque conocí mucha gente a través de PuedeFallar, porque usamos la misma computadora, y porque, bueno, él está tocando en una banda merced a este blogcito inmundo.

Hace unas semanas atrás, en el auto, volvimos a discutir con violencia.

‘Andate a cagar, pelotudo’

‘No me rompas las pelotas, imbécil’

(20 minutos de silencio)

‘Y además me podrías haber dicho que tenés un blog’

Caramba.

Resultó que sí, que lo sabía. Charlamos un par de estupideces más y le hice la pregunta.

‘No, no. Es genial’, me contestó. Viniendo de él, que como pueda va a tratar de corregirme y de desestimarme… Esa frase es todo. (Incluso el otro día tocó en la guitarra Yoshimi Battles the Pink Robots de los Flaming Lips y me dijo ‘la saqué pensando en vos’. Qué tierno todo, che).

Y ahora resulta que el hermanito tiene un blog desde hace un tiempo, ¿viste? Y tampoco me lo dijo. Lo tuve que descubrir.

Pasen y vean (sí, sí: uno de sus post es igual al primero que escribí cuando abrimos PuedeFallar con Elfo sin nombre).

Lindo chico, además. En la foto no se ve mucho pero es porque no quería divulgar su personalidad secreta. Como Superman o Batman.